¡LA MAJESTAD DE DIOS!
- mayesil
- 17 ago
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«Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá» (Salmos 93:1)
“La majestad de los príncipes terrenales, comparada con la terrible majestad de Dios, no es más que los destellos de una luciérnaga comparados con el brillo del sol cuando sale con su fuerza. ¿Son grandes y formidables los enemigos del reino de Dios? Sin embargo, no les temamos, porque la majestad de Dios eclipsará la de ellos” (Matthew Henry).
1. LA MAJESTAD DE DIOS.
LA MAJESTAD DE DIOS. “Jehová reina; se vistió de magnificencia”.
Majestad se relaciona con Reino (Su Majestad el Rey). Trato que se da a Dios, a un rey o emperador. La palabra majestad significa magnificencia, esplendor, grandeza, eminencia, excelencia, alteza, dignidad, esplendor, belleza, honor, sublimidad; solemnidad o elegancia que infunde admiración y respeto.
La magnificencia y majestad le pertenecen a Dios (1 Cr 29:11). Su morada también es majestuosa (Sal 150:1). Su majestad está muy por encima del hombre (Job 40:8-10). El orgullo humano eleva al hombre, y rebaja a Dios. Lutero le dijo a Erasmo: “Tienes un concepto muy humano de Dios”. Así es el hombre, ve un “Dios” como él mismo: débil, limitado, poco efectivo, patético. Ese no es el Dios de la Biblia. Dios es Eterno, Infinito, Todopoderoso, Soberano. Él nos tiene en sus manos, nosotros no. Muchos gobernantes se exaltan como Nabucodonosor (Dn 4:30). Las naciones levantan ídolos para que los honren en Majestad Divina, pero solo el Señor la merece (Sal 96:5-6). Su Majestad es admirable: Nos invita a la adoración y alabanza. Su Majestad es gloriosa y hermosa, como sus obras (Sal 145:5). Dios se viste de gloria y Majestad (Sal 104:1). Isaías se asombró al ver la Majestad de Dios (Is 6:5). En el cielo admiran Su Majestad (Ap 4:9-11).
SU MAJESTAD MANIFIESTA. “Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá”.
En Sus designios (Su Palabra): Su voz es Majestuosa (Job 37:4-5). Creó todo, muestra su poder, autoridad, soberanía, dominio, es incomprensible. Su Palabra es majestuosa.
En Su Juicio: Terrible, no alcanzamos, grande en poder, Justicia. Su Majestad es terrible, y será vista en su juicio (Job 37:22-23). Dios humillará a sus enemigos con el resplandor de su Majestad (Is 2:10-11). El impío no mirará su Majestad en vida (Is 26:10). A pesar de su misericordia y piedad, no admirará la Majestad de Dios, no entienden la tragedia que les viene.
2. LA MAJESTAD DE CRISTO
LA TRANSFIGURACIÓN.
Testigos, testificaron el esplendo de Su Majestad, lo cual, nunca olvidaron (Mt 17:1-8; Mc 9:2-8, y Lc 9:28-36). Pedro, Juan, Jacobo vieron el rostro resplandeciente del Señor como el del Sol, sus vestidos eran blancos como la luz. Vieron su Gloria, Deidad, y Majestad. Moisés y Elías representan la Ley y los profetas, mostrando que el Nuevo Pacto con la venida de Cristo era un Ministerio más glorioso. Se oyó una voz del cielo, la del Padre, con la cual confirmaba a Cristo y el cumplimiento de las profecías como Salvador, Rey, Señor, y Mesías. Esto generó temor en sus discípulos. Pedro dice en su epístola que ellos habían visto la Majestad de Cristo con sus propios ojos (2 P 1:16-18). Juan también lo había confirmado (Jn 1:14).
EL PADRE LE OTORGÓ SU MAJESTAD.
El Salmista profetiza la Majestad que recibiría del Padre (Sal 21:4-5). El Hijo recibe la misma Gloria del Padre, por su Majestad (Ap 5:13). Dios quiso que tuviera la preminencia en Majestad en todo (Col 1:17-19). Cristo es el resplandor de la Gloria del Padre, y después de haber cumplido su bendita obra por nosotros, se sentó a la Diestra de la Majestad en las alturas (He 1:3). Es el Gran Sumo Sacerdote sentado a la Diestra de la Majestad en el cielo (He 8:1-2). Juan se admiró ante la Majestad de Cristo (Ap 1:17-18). Pablo quedó rendido ante el resplandor de su Majestad (Hc 9:3-6). Por eso fue exaltado en Majestad (Fil 2:9-11).
Con el resplandor de su venida en Majestad destruirá al hombre de pecado y todo su imperio de maldad (2 Ts 2:8). Todos se rendirán ante la Majestad de Cristo. Pero unos solo lo harán en Aquel Día, cuando ya sea demasiado tarde. Rindámonos ante Su Majestad hoy, para darle la Gloria en Majestad allá.
3. MEDITEMOS EN SU MAJESTAD
Debemos conocerlo, para confiar y estar seguros en Él, para adorarlo como se merece.
En Isaías 40:25-28 nos muestra que debemos conocerlo. “¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis?”. No podemos ver a Dios como a nosotros (limitados, débiles). ¿No vemos Su ilimitado poder y Sabiduría? ¿lo ponemos al mismo nivel de otros? De los ídolos, de María, el Papa, los santos. “¿Por qué dices, oh, Jacob, y hablas tú, Israel: ¿Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?”. Dios no nos ha abandonado, Jamás abandona a la persona hacia quien dirige su amor. Tampoco Cristo, el buen pastor, pierde jamás ninguna de sus ovejas. “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra?”. ¿Qué pasa? ¿Creen que yo, el Creador de todo, ¿estoy viejo y cansado? ¿no saben que sustento todo? ¿a cada alma? “No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance”. Necesitamos meditar sobre su majestad, grabarla esta verdad en el corazón, nos dará fuerzas renovadas.
Debemos estar seguros en su Majestad, Cristo nos apacentará con el Poder de Dios (Miq 5:4-5). Solo el Majestuoso Cristo puede librarnos de la condenación, solo ante Su Majestad debemos rendirnos, nadie más puede librarnos, ningún ídolo, ningún otro falso dios. Alabémoslo por su Majestad (Sal 96:5-6). Seremos como Él en Majestad (1 Jn 3:2). Cristo oró para disfrutemos con Él de Su Majestad (Jn 17:24). Recibamos al Rey de Gloria y Majestad (Sal 24:7-10).
Confiemos y meditamos en la Majestad de Dios. «Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá».
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 17 de Agosto de 2025: ¡LA MAJESTAD DE DIOS!