¡LA IGLESIA DE FILADELFIA!
- mayesil
- 15 dic 2024
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«Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9 He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. 10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias» (Apocalipsis 3:7-13).
La iglesia en Filadelfia no tuvo ninguna reprensión (como Esmirna). Es elogiada porque ha sido fiel a Cristo, no se ha apartado de la fe, sirve al Señor fielmente a pesar de su poca fuerza. Es exhortada a mantenerse firme y a no perder su corona. Les promete victoria sobre sus enemigos y ser guardados en la hora de la prueba.
1. LA CARTA.
¿A QUIEN VA DIRIGIDA LA CARTA?: Al ángel de la iglesia en Filadelfia. Algunos lo relacionan con un tal Demetrio, ordenado obispo de esta iglesia por Juan (No hay certeza). Filadelfia en Griego significa “Amor fraternal”.
LA CIUDAD DE FILADELFIA: Ciudad de Asia Menor situada en los límites de Misia y Lidia, a unos 50 Km al sureste de Sardis y a unos 95 Km al este de Esmirna (Hoy la Moderna Alaşehir). La más joven de las 7, fundada en el 140 a.C. por Átalo II (Apodado: “Philadelphus”), quien por amor a su hermano Eumenes, la llamó Filadelfia, “ciudad del amor fraterno”. Estratégicamente situada, a lo largo de una carretera concurrida que unía el este (Asia) con el oeste (Europa). Su economía era agrícola, de minerales, vinícola (viñedos alrededor), era relativamente rica. El área que circundaba Filadelfia era volcánica (Cenizas la hacían un suelo fértil). Por su actividad volcánica, sufrió varios terremotos, especialmente uno en el 17 d.C., que destruyó la ciudad. El Emperador Tiberio la eximió de impuestos, y dio dinero para reconstruirla. Tenía una puerta abierta, donde se difundieron desde Grecia y Macedonia hasta Asia Menor y Siria, el comercio, la lengua y la cultura griega. Las palabras de Cristo “he puesto delante de ti una puerta abierta” (V8), fueron bien entendidas por los cristianos, que difundían activamente el evangelio. Sus habitantes, por temor a los terremotos, preferían vivir a las afueras de la ciudad; la promesa de Jesús “nunca más saldrá de allí” (V12), resultó muy diciente para los cristianos allí. En honor al emperador Tiberio (ayudó con el terremoto), se llamó “Neocaesarea”; después, se llamó “Flavia”, en honor al emperador Tito Flavio Vespasiano (69-79 d.C). La promesa de Jesús de darles un nuevo nombre (V12), estuvo llena de significado.
LA IGLESIA EN FILADELFIA: Sin reprensión ni reproche de Cristo. Los cristianos eran modelo de perseverancia y fidelidad al Señor; era santa, separada del mundo. Eran pocos (poca fuerza), de baja condición social, perseguidos, y sufrieron oposición de los judíos Helenizantes. La iglesia siguió fiel a Jesús a lo largo de los siglos (única de las 7), aun cuando el Islam se convirtió en la religión predominante en la zona; a principios del siglo XX, aun contaba con 5 congregaciones.
CRISTO HABLA: Se presenta como “el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”. Muestra su carácter: Santo y Verdadero. Santo en su naturaleza, por tanto fiel a su Palabra (Verdadero); la Santidad y la Verdad van juntas.
EL SANTO: Se identifica con el Padre (“Yo y el Padre uno somos”; “El santo de Israel”), sin pecado, glorioso en santidad. Libre del pecado original; sin transgresiones en su vida, sus doctrinas y obras, puras y santas. Así lo describió el ángel Gabriel a María (Lc 1:35). Así lo reconocieron los demonios (Mc 1:24). Nadie podía acusarlo de algún pecado (Jn 8:46). Aunque fue tentado, no pecó (He 4:15). Él nunca pecó (1 P 2:22). Cristo es el Cordero sin mancha y sin contaminación que nos rescata (1 P 1:18-19). Pero los judíos y el mundo negaron al Santo (Hc 3:14-15a).
EL VERDADERO: Nada artificial, engañoso, es fiel, podemos confiar a sus promesas (Palabra). Verdaderamente Dios, verdaderamente hombre. Verdadero, fiel en sus oficios, en lo que prometió a su pueblo. La verdad misma, la suma y sustancia de todas las verdades. Cristo siempre habló la Verdad (Jn 8:40). Hasta sus perseguidores lo reconocieron (Lc 20:21). Nunca mintió (1 P 2:22). Él es la Verdad (Jn 14:6). Cristo vendrá la segunda vez a juzgar como el fiel y Verdadero (Ap 19:11).
EL QUE TIENE LA LLAVE DE DAVID: Muestra la autoridad sobre su pueblo. David fue tipo de Cristo, como rey del pueblo (Is 22:22). Tiene la llave de la casa de David, la llave del gobierno y autoridad de la iglesia. Fija sus ordenanzas, dones, bendiciones, reprensiones, disciplina, juicios. Conoce a su pueblo, lo que hacen en su casa (bueno, malo).
EL QUE ABRE Y NINGUNO CIERRA, Y CIERRA NINGUNO ABRE: Muestra su soberanía. Cristo es soberano en el cielo y en la tierra (Mt 28:18). Abre una puerta: de oportunidad para las iglesias; de palabra a sus ministros; del corazón; de admisión a la iglesia visible; de admisión al cielo. Cierra la puerta: de oportunidad a su pueblo, a pecadores obstinados (encerrados en su dureza); de la comunión de la iglesia (incrédulos, profanos); del cielo (vírgenes insensatas), a los obradores de iniquidad. Lo hace con plena soberanía, cuando quiere, independiente a la voluntad humana, irresistible al “poder” del hombre. Él abre y nadie cierra; cierra y nadie abre; obra el querer como el hacer, y, cuando obra, nadie puede impedirlo. La Cruz nadie la impidió (“consumado es”). La iglesia nadie podrá detenerla (“las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”). Todas sus ovejas se salvarán (“nadie las podrá arrebatar de su mano”).
2. EL ELOGIO.
CRISTO CONOCE SUS OBRAS: Sabe todo de ella. Lo que hacía por su causa, su fe, amor, paciencia, fidelidad, aunque tenía poca fuerza, les da ánimo, nadie puede cerrar la puerta que Él ya les abrió.
UNA PUERTA ABIERTA: Cristo les recuerda que ha abierto y mantendrá una puerta abierta, aunque haya muchos adversarios. El Señor abrió la puerta de fe a los gentiles (Hc 14:27). El Señor le abrió puerta a Pablo en Éfeso (1 Co 16:8-9). El Señor abrió puerta al evangelio en Troas (2 Co 2:12-13). Debemos orar para que el Señor nos abra puerta para la Palabra (Col 4:3).
AUNQUE DEBIL, HA SIDO FIEL: “Poca fuerza”: parece una leve reprensión, tienes poca gracia, pero eso sí, gracia verdadera, que te mantiene fiel. Puede también denotar que son pocos en número, despreciados. Han guardado la Palabra, sus mandamientos, Ley, eran obediencia, oidores y hacedores (St 1:22). No han negado el nombre de Cristo, sus doctrinas, el Único nombre, camino, verdad, salvador, a diferencia de seguir otros nombres (Balaam, Nicolaítas, Jezabel). Debemos ser fieles al nombre de Cristo en vituperios (1 P 4:14). Recibiremos recompensa grande (Mt 25:21).
SUS ENEMIGOS SE POSTRARÁ ANTE ELLA: Cristo someterá a los enemigos de la iglesia. Los judíos creían ser el pueblo de Dios, pero eran “sinagogas de Satanás”. Eran hijos del diablo, hacían sus deseos, no creyeron a Cristo (Jn 8:44-45). Estaban ciegos (2 Co 3:14-15). Las iglesias que adoran falsos dioses, o al Dios verdadero de forma falsa, son también “sinagogas de Satanás”. Las iglesias que “adoran a Dios en espíritu y en verdad”, son el Israel de Dios. Estos enemigos (judíos especialmente) se sujetarán a la iglesia, reconocerán que estaban equivocados al rechazar a Cristo, que los cristianos estaban en la verdad, y que son amados por Dios. Ablandará sus corazones, y desearán entrar en comunión con ellos y adorar a Dios de la misma manera. Por el poder de Dios “reconocerán que el Señor los ha amado”. La iglesia estará sobre Israel (Mt 19:28). Israel reconocerá con lágrimas al que traspasó (Zac 12:10-11). Reconocerán su endurecimiento (Ro 11:25-27). Recordemos estas citas de romanos de la conversión masiva de judíos (Ro 11:12, 15, 23).
SERÁ GUARDADA EN LOS TIEMPOS MÁS DIFICILES: Cristo promete gracia perseverante para afrontar los tiempos más difíciles, como los tiempos finales, como recompensa a su fidelidad. Daniel menciona un tiempo de angustia al final como nunca lo hubo (Dn 12:1). Jeremías, con los judíos en el año 70 d.C, lo menciona como el tiempo de angustia de Jacob (Jer 30:7). Será un emblema de lo que le pasó a los judíos en el año 70 d.C (Mt 24:21). Seamos fieles ahora en lo poco (Lc 16:10).
3. LA EXHORTACIÓN, EL CONSEJO.
VENGO PRONTO: Vendrá a traer la hora de tentación sobre el mundo, a preservar a los piadosos, recompensar su fidelidad, y castigar a los que se apartan.
RETEN LO QUE TIENES: Cristo los llama a cumplir el deber que había prometido ayudarlos (guardarlos hora de la prueba). Deben perseverar, retener lo que tenían, poseedores de ese tesoro (Fe, verdad, doctrinas puras, celo, amor fraternal).
QUE NADIE TOME TU CORONA: Perderán la corona a la que una vez creían tener derecho. Las exhortaciones de este tipo a los santos son necesarias, incita a la diligencia, el cuidado, y la vigilancia. Pablo obtuvo su corona de justicia por perseverar, y amar la venida de Cristo (2 Ti 4:8). Seamos fieles hasta el final, como dijo Cristo a los de Esmirna, para recibir la corona de la vida (Ap 2:10).
4. LA PROMESA
DEBEN VENCER: En la hora de la tentación. Venceremos con Cristo (Ap 17:13-14). Como con las otras iglesia, Cristo promete recompensas gloriosas al creyente vencedor.
COLUMNA DEL TEMPLO DE DIOS: En alusión al Templo de Jerusalén, por su solidez, majestuosidad, y santidad. Denota la gracia poderosa de Dios, nunca removida. Los cristianos son columna y baluarte de la verdad, son rectos, firmes, fortalecen a los débiles. Nunca más saldrá de allí: Permanecerá allí hasta la muerte. Somos piedras vivas (1 P 2:5).
EL NOMBRE DE MI DIOS. Como en las columna, hacían inscripciones honorables a los emperadores y generales romanos, así estará el nombre de Dios sobre los vencedores. Somos hijos de Dios por la fe en Cristo (Jn 1:12). Redimidos por Cristo para Dios (Ap 5:9-10). Sellados por el Espíritu (Ef 1:13).
EL NOMBRE DE LA NUEVA JERUSALÉN: Están en los registros de ella, todo el caminar. Son los ciudadanos del cielo (Fil 3:20). Desciende del cielo (Ap 21:2), como todo creyente verdadero, nacerán de arriba, llamados con llamamiento celestial. MI NOMBRE NUEVO: El nombre de Cristo. “Jehová justicia nuestra” (Jer 23:5-6). “Rey de reyes y Señor de señores” (Ap 19:16).
Hermanos, el Señor sabe si estamos al nivel de esta excelente iglesia; Él sabe si por momentos sentimos desmayar, con ciertas dudas, pero si hemos sido fieles a Cristo, tenemos una puerta abierta para que seamos parte de la extensión del reino de Cristo; esta puerta nadie puede cerrarla, pues Cristo ya la abrió. Nuestros enemigos, la falsa iglesia, la ramera, el judaísmo, serán puestos bajos los pies de la verdadera iglesia de Cristo, tarde o temprano reconocerán que somos el verdadero Israel de Dios. Es posible que nos toque vivir los tiempos difíciles, sin embargo, Él nos guardará en esta hora de prueba sobre el mundo. Retengamos lo que hemos recibido, la verdad fiel y pura, que nadie quite nuestra corona. Somos columnas inamovibles en el Templo de Dios, su Nombre, el de su gran ciudad, están en nosotros grabados, somos ciudadanos eternos de la Nueva Jerusalén. “Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre…El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 15 de Diciembre de 2024: ¡LA IGLESIA DE FILADELFIA!
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