¡LA FE, CERTEZA Y CONVICCIÓN! (Serie: La Fe).
- mayesil
- 31 ago
- 6 Min. de lectura

«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (Hebreos 11:1)
El capítulo 10 concluye hablando de la gracia de la fe y la vida de fe, como el gran antídoto contra la apostasía (He 10:35-39). Acá, en el capítulo 11, profundiza en la naturaleza y frutos de la fe, y los grandes ejemplos de los santos en el Antiguo Testamento que vivieron, murieron y sufrieron por la fe. El v1 define la fe en 2 partes. 1. la certeza de lo que se espera, y 2. la convicción de lo que no se ve. La fe tiene certeza y convicción.
1. LA FE.
Uno de los gritos de batalla de la Reforma Protestante, fue la doctrina de LA SOLA FE, que significa que la salvación solo puede ser recibida cuando ponemos nuestra fe en Aquel que murió por nosotros, excluyendo la posibilidad de que nuestras obras puedan contribuir. Por su parte el Concilio de Trento (S. XVI. 1545-1563), declaró "anatema" (maldita) esta doctrina. Condenó que la fe por sí sola sea suficiente para la justificación, y que ninguna otra acción o disposición del hombre sea necesaria (obras, cooperación de la voluntad). Afirmó que es necesaria la cooperación activa con la gracia de Dios, del libre albedrío humano, la propia voluntad, la obra de la santificación interior, y la práctica de buenas obras a través de los sacramentos.
Pero la Palabra de Dios nos dice otra cosa, que por la fe si somos justificados (Ro 5:1). El hombre es justificado por la fe, no por las obras de la Ley (Gál 2:16). Por la Ley nadie es justificado, solo por la fe (Gál 3:11). Somos justificados por fe, no por las obras de la Ley (Ro 3:28). La fe, no nuestras obras meritorias, nos cuenta por justicia (Ro 4:4-5). La justificación por la fe derriba el orgullo humano (Ro 3:27). Judíos y gentiles, cualquier persona, puede ser justificada por la fe (Ro 3:30). La fe es en Cristo y su sangre (Ro 3:25-26). Somos hijos de Dios por la fe en Cristo (Gál 3:25-26). Por la fe accedemos a la gracia (Ro 5:2). Es por fe para que sea por gracia (Ro 4:16). Es por gracia, pero por medio de la fe (Ef 2:8-9). Por la justicia de la fe, no por la Ley, se le dio a Abraham la promesa (Ro 4:13).
No solo somos justificados y tenemos vida eterna por la fe, también vivimos por fe en la tierra (Ro 1:17). Por la fe alcanzaron buen testimonio los santos del Antiguo Testamento (v2). La fe se manifiesta en obras (St 2:17-18). Sin fe es imposible agradar a Dios (v6). Todo lo que hagamos, aunque sea “bueno”, si no lo hacemos con fe en Cristo, es pecado (Ro 14:23). Nada vale si no tenemos la verdadera fe que obra por amor a Cristo (Gál 5:6). La fe agrada a Dios. La fe que tenía la mujer cananea al humillarse ante Cristo y clamar por misericordia, asombró al Señor (Mt 15:25-28). La fe que tuvo en Cristo el centurión para sanar a su siervo, también asombró al Señor (Mt 8:8-10).
LA INCREDULIDAD:
Es lo opuesto a la fe. La incredulidad provocó el disgusto de Dios; por ello los israelitas quedaron postrados en el desierto y no entraron a la tierra prometida (He 3:16-19). Israel no fue por la fe para alcanzar la justicia de Dios, fue por las obras de la Ley, fueron sin fe (Ro 9:31-32). Los judíos no creyeron a las palabras de Cristo, aunque les habló la verdad (Jn 8:45-46). Jesús en Nazaret no pudo hacer muchos milagros por la incredulidad de ellos (Mt 13:58). Esta incredulidad asombró de tristeza a Cristo (Mc 6:5-6). La incredulidad de sus discípulos para sanar a un lunático molestó a Cristo (Mt 17:17-18). La incredulidad lleva a la condenación (Jn 3:18). La incredulidad desata la ira de Dios (Jn 3:36).
Que no haya en nosotros un corazón incrédulo (He 3:12-13). Si la palabra que estamos oyendo o leyendo no va acompañada de fe, no nos va aprovechar (He 4:2).
2. LA CERTEZA DE LO QUE SE ESPERA.
“La fe y la esperanza van juntas. Las mismas cosas que son objeto de nuestra esperanza son objeto de nuestra fe. Es una firme persuasión y expectativa que Dios cumplirá todo lo que nos ha prometido en Cristo; dando al alma una especie de posesión y deleite presente, por las primicias y anticipos de ellas” (Matthew Henry).
La fe en Cristo nos da certeza de la vida eterna (Jn 6:47). La fe en sus palabras nos da certeza de la eternidad (Jn 5:24). La fe nos da certeza de las promesas de la herencia celestial (He 6:11-12). La fe nos da certeza, que, a pesar de las aflicciones presentes, nos espera la gloria eterna (Ro 8:18). La fe nos da certeza, que si sufrimos por Cristo, seremos recompensados eternamente con El (2 Ti 2:11-12). La fe nos da certeza de la corona de justicia reservada a los fieles (2 Ti 4:7-8). La fe nos da certeza de esperar en el Señor en los sufrimientos (1 Ti 4:9-10). La fe nos da certeza que Dios no nos dejará desfallecer en las aflicciones (Sal 119:81-83). La fe nos da certeza que nada puede separarnos del amor de Dios (Ro 8:38-39). La fe nos da certeza, que, aunque perdamos cosas por Cristo, seremos recompensados, ya sea acá, o en el más allá (Mc 10:29-30). La fe nos da certeza que si hemos nacido de nuevo veremos el reino de Dios (Jn 3:3). La fe nos da certeza que es bueno ocuparnos en buenas obras (Ti 3:8).
La fe nos da certeza, que todos, incluidos los enemigos de Cristo, se postrarán ante Él (Ro 14:11). La fe nos da certeza que Cristo volverá (He 10:36-37). La fe nos da certeza que Cristo vendrá pronto (Ap 22:20). La fe nos da certeza que todo lo que dice la Palabra se cumplirá (Mt 5:18). La fe nos da certeza que el Señor cumplirá todo lo que dijo (He 6:17-19). La fe nos da certeza que todo lo que se escribió es cierto, y por ello tenemos consuelo (Ro 15:4).
3. LA CONVICCIÓN DE LO QUE NO SE VE
“La fe demuestra al ojo de la mente la realidad de aquellas cosas que no pueden ser discernidas por el ojo del cuerpo. Es el firme asentimiento del alma a la revelación Divina y a cada parte de ella, y pone en su sello que Dios es verdadero. Es una aprobación plena de todo lo que Dios ha revelado como santo, justo y bueno... Está diseñada para servir al creyente en lugar de la vista, y para ser para el alma todo lo que los sentidos son para el cuerpo” (Matthew Henry).
La fe le dio convicción a Noé de cosas que no veía, y por eso hizo el arca (v7). La fe les dio convicción a los héroes de la fe, que, aunque murieron sin ver la tierra de Canaán, al Mesías, y la dispensación del Evangelio, creyeron que se cumplirían (v13). La fe le dio convicción a David que vería la bondad de Dios en la tierra (Sal 27:13). La fe nos da convicción de creer que Dios creó todo, de lo que no se ve (v3).
La fe nos da convicción de creer en Cristo sin verlo, y eso nos hace bienaventurados (Jn 20:29). La fe nos da convicción de amar a Cristo, sin haberlo visto (1 P 1:8). La fe le dio convicción a Pablo de seguir a Cristo sin verlo (2 Co 5:16). La fe nos da convicción de esperar lo que no vemos (Ro 8:24-25). La fe nos da convicción, en medio de las tribulaciones, para aferrarnos a lo que no vemos (2 Co 4:17-18). La fe nos da convicción para buscar las cosas de arriba, las que no vemos (Col 3:1-2). Caminamos por fe, no por vista (2 Co 5:6-7).
NECESITAMOS UNA FE FIRME.
Está sustentada en la Palabra firme que Dios proclamó (He 2:2-4). La fe viene por oír la palabra de Dios (Ro 10:17). Cristo debe morar por la fe en nuestros corazones para estar firmes (Ef 3:17-18). Cristo, como por Pedro, y como nuestro Sumo Sacerdote, ora por nuestra fe (Lc 22:31-32). Acerquémonos con plena certidumbre de fe al Señor (He 10:21-22).
Vivimos por la fe que preserva nuestras almas de la apostasía (He 10:38-39). Debemos retener la fe hasta el final (He 3:14). Nuestra fe debe ser probada (1 P 1:6-7). Por fe aguardamos la esperanza (Gál 5:5). Necesitamos esa fe preciosa (2 P 1:1-2). Esta fue la fe que tuvieron los antiguos (v2). Esta fe les hizo hacer proezas (v33-35). Pidamos más de esta fe (Lc 17:5-6). Tomemos el escudo de la fe (Ef 6:16).
¡LA FE, CERTEZA Y CONVICCIÓN! «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve»
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 31 de Agosto de 2025: ¡LA FE, CERTEZA Y CONVICCIÓN!





Comentarios