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¡ELLA NO ES MI MUJER!

  • mayesil
  • 5 ene
  • 6 Min. de lectura

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«Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos» (Oseas 2:2).

 

«Deben, en nombre de Dios, acusarla de violar el pacto matrimonial con Dios; deben decirle que Dios ya no la considera su esposa. Díganle que ella no es mi mujer, ni yo soy su marido, que por adúltera ha perdido todo el honor y consuelo de su relación con Dios, y lo ha provocado a darle carta de divorcio… “porque su madre se prostituyó” (V5), se ha ido tras sus amantes (los caldeos), o, tras los ídolos, a los que fueron alentados por los falsos profetas; “La que los dio a luz se deshonró” (V5), fabricando y adorando ídolos» (Matthew Henry).

 

1. ISRAEL EN DÍAS DE OSEAS.

 

LA ESPOSA INFIEL DE OSEAS, Y SUS HIJOS, 768 a.C. (Os 1:2-7). Muestra con estos hijos la idolatría de Israel y su rechazo temporal. Oseas profetiza la caída del reinado de Jehú con el nombre de su primer hijo: “Jezreel” (dispersión, Dios siembra). Profetiza el abandono de Dios a Israel con el nombre de la segunda hija: “Lo-ruhama” (no amada, no compadecida). Y profetiza el rechazo temporal de Israel como pueblo, con el nombre del otro hijo: “Lo-ammi” (no pueblo mío).

 

LA IDOLATRÍA DE ISRAEL, 764 a.C. (Os 2:1-5). El pueblo fiel debe contender con la congregación de Israel, con la nación judía, debe mostrarle su pecado, idolatría, infidelidad; debe reprenderla, y muéstrale su peligro. Ella no es la mujer del Señor, rompió su pacto matrimonial, por tanto le dio carta de divorcio. No le daría más su cuidado y protección; la dejaría valerse por sí misma. No quiere ver las fornicaciones de su rostro, los adulterios de sus pechos, las muchas idolatrías de Israel.

 

AMENAZAS DE JUICIO, 764 a.C. (Os 2:6-13). M. Henry comenta: “Dios advierte lo que hará con este traicionero pueblo idólatra. Ellos no se volvieron, por tanto les sobrevino todo esto, y quedó escrito para nuestra amonestación. Si los hombres destruyen la palabra y las ordenanzas de Dios, es justo que Él destruya sus vides e higueras. Esta será la ruina de su alegría… Los días de alegría pecaminosa deben ser castigados con días de lloro”.

 

2. ISRAEL Y JUDÁ NO SON SU MUJER.

 

ISRAEL Y JUDÁ ANTES DE CRISTO. Dios le dio carta de divorcio a Israel (Is 50:1). Vemos la ingratitud de Israel; su vergonzosa idolatría (Ez 16:24-29). Vemos las idolatrías de Israel y Judá en Jer 3:6-10. Las dos hermanas fornicaron, Israel y Judá: Samaria y Jerusalén (Ez 23:2-5; 43-45). El Señor había sido un marido para ellos, pero invalidaron Su Pacto, por eso se anuncia su fin, para establecer el nuevo (Jer 31:31-32). El Señor se desentendió de ellos (He 8:8-9).

 

LOS JUDÍOS EN TIEMPOS DE CRISTO. Mataron a los profetas enviados por su Dios (Mt 23:37-39). No conocieron el tiempo de la visita del Marido (Lc 19:42-44). Cristo los llamó hijos del Diablo, por seguir sus propios deseos (Jn 8:44). Son anticristos, por negar al Esposo (1 Jn 2:22). Fueron llamados “sinagogas de Satanás”, por perseguir a la esposa amada del Señor (Ap 2:9; 3:9). Rechazaron y mataron al Esposo (Hc 2:23; 2:36; 3:14-15; 7:52; 13:27). La Jerusalén actual está bajo esclavitud (Gál 4:21-25). Persiguieron al pueblo de Dios como hijos de la esclava, si no se entregan al Cristo, el Marido, no heredarán las promesas de Dios (Gál 4:29-31).

 

Sin embargo, también Oseas profetiza promesas de misericordia (Os 1:10-11), las cuales se cumplen con gentiles y Judíos, Judá e Israel, bajo un solo Marido. Pablo lo cita al hablar de los vasos de misericordia entre judíos y gentiles (Ro 9:25-26). Pedro también lo cita cuando habla del pueblo escogido de Dios (1 P 2:10). Hay promesas de reconciliación y misericordia, las cuales se extenderán hasta los tiempos finales (Os 2:14-23): “me llamarás Ishi (Mi marido, mas cariñosamente), y nunca más me llamarás Baali (Mi Señor, solo de autoridad).

 

3. LA GRAN RAMERA NO ES SU MUJER.


POSICIÓN HISTÓRICA Y UNÁNIME. 

Durante más de 11 siglos, los cristianos identificaron a LA IGLESIA DE ROMA como la ramera de Apocalipsis, y al Papado, como el reino del Anticristo.

 

En el 900 d.C, Tergandus, obispo de Tréveris, llamo “anticristo” al Papa, sí, un lobo, y a Roma, “Babilonia". El Tratado Valdense (“la Lección Noble”, 1.100 d.C.), dice: "Anticristo, el asesino previsto de los Santos, ya apareció en su verdadero carácter, sentado monárquicamente en la ciudad de las siete colinas". Los Albigenses, 1.206 d.C., escribieron: "La Iglesia de Roma no fue la esposa de Cristo, pero la Iglesia de confusión, ebria de la sangre de los mártires, que la política de la Iglesia de Roma no era ni buena ni santa, ni establecida por Jesucristo”. 

 

Muchas de las primeras Biblias protestantes contenían ilustraciones que retrataban a la Mujer escarlata de Apocalipsis 17, identificando a la Iglesia Católica Romana como la religión apóstata. Antes, durante y después de la Reforma, identificaron al Papado con el reino del Anticristo y a la Iglesia Católica Romana con la apóstata Babilonia. El Obispo Christopher Wordsworth (Iglesia-Inglaterra, 1893, “La unión con Roma”): "... nos tiemblan a la vista, mientras se lee la inscripción, estampada en grandes caracteres, Misterio, Babilonia la Grande, escrito por la mano de San Juan, guiada por el Espíritu Santo de Dios, en la frente de la Iglesia de Roma”.

 

Sin embargo, hoy hay muchas nuevas ideas y revelaciones, generando confusión, a algo que fue unánime en la iglesia. Muchos libros y sitios web tienen mucho que decir del Anticristo y el 666; pero no encontrará (o muy poco), referencias a Roma, el catolicismo, o el Papado. El movimiento Ecuménico ha sido un esfuerzo exitoso del papismo.

 

LA GRAN RAMERA EN APOCALIPSIS.

Está sentenciada a juicio condenatorio por el Señor (Ap 17:1). Con ella han fornicados los reyes de la tierra (Ap 17:2), encontramos embajadas del Vaticano en casi todos los países, países con los cuales ha hecho alianzas, conspiraciones, incitado guerras, etc, la curia romana es escuchada en los Estados. Ella reina sobre ellos (Ap 17:18). Naciones, reyes y poderosos, se han beneficiado con ella (Ap 18:3). Se sienta sobre la Bestia (Ap 17:3). Se sienta sobre el Papa, que es su cabeza, quien la lleva y dirige (Ap 17:7). Se viste de lujos, pompa, extravagancia, y realeza, de oro, de púrpura y escarlata se visten sus purpurados y cardenales (Ap 17:4a). Lleva un cáliz de oro lleno de inmundicia y fornicación (Ap 17:4b). La abominable misa papal, con la doctrina de la transubstanciación, donde pretende sacrificar a Cristo diariamente, además de toda su idolatría, herejías, sincretismo religioso (Mezcla de Judaísmo, paganismo, y cristianismo).

 

Es la madre de todas las abominaciones de la tierra (Ap 17:5), ella misma se hace llamar la “Santa Madre Iglesia”. Está ebria con la sangre de los santos de Jesús (Ap 17:6), como vemos en la inquisición durante la Edad Media, las matanzas de valdenses, y albigenses, las carnicerías del duque de Alba (Países Bajos), las masacres en Francia, Irlanda, otros lugares, la quema y persecución de puritanos en Inglaterra durante el reinado de María. Tiene sus manos manchadas de mucha sangre en muchos lugares (Ap 18:24). Se sienta sobre 7 montes,  Roma siempre fue conocida como la ciudad de las 7 colinas (Ap 17:9). Se siente sobre muchas aguas (Ap 17:15), aproximadamente 1,390 millones de católicos en el mundo.

 

Pero a ella la aborrecieron y la aborrecerán los reinos de la tierra (Ap 17:16-17), muchos reinos se le han rebelado, como sucedió a partir del siglo XVI especialmente en Europa, y a partir de allí, muchos Estados republicas modernos. Ella caerá (Ap 18:2). Caerá por fornicaria (Ap 14:8). Deben salir de ella (Ap 18:4-5). Su juicio será doble, será quemada con fuego, como las fornicarias hijas de los sacerdotes, debían ser quemadas (Ap 18:6-8; Lv 21:9). Los reyes que fornicaron con ella lo lamentarán (Ap 18:9-10). Los ricos que se beneficiaron con ella lo lamentarán y llorarán (Ap 18:9-10, 15-16). Los navegantes del mar que se enriquecieron por ella también lo lamentarán (Ap 18:17-19). Nunca más tendrá prosperidad (Ap 18:14). Su pueblo fiel se alegrará con su caída (Ap 18:20). El cielo se alegrará con su caída (Ap 19:1-2). Quedará en el olvido (Ap 18:21-23). Que no seamos seducidos por su atavío de ramera (Pr 7:10, 13-20). Lleva al infierno (Pr 7:26-27).

 

Hermanos, nosotros si tenemos una buena madre, y no es ella, es la Jerusalén de arriba, la libre (Gál 4:26-28).

 

La iglesia católica romana con todo su esplendor, poderío, con todas sus hijas, no son la esposa de Cristo ¡Ella no es mi mujer! “Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos”.



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 5 de Enero de 2025: ¡ELLA NO ES MI MUJER!



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