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¡EL AMOR, LO MAYOR! (Serie: La preeminencia del Amor).

  • mayesil
  • 10 ago
  • 7 Min. de lectura
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«Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor» (1 Corintios 13:13)

 

Matthew Henry comenta: “El amor es mayor no solo que los dones, también que las otras gracias. La fe, la esperanza y el amor son las 3 gracias principales, pero el amor es la principal…es obra eterna, cuando la fe y la esperanza ya no existan. La fe se fija en la revelación divina y la acepta; la esperanza se aferra a la felicidad futura y la espera; y en el cielo, la fe será absorbida por la visión y la esperanza por la realidad…allí amaremos perfectamente a Dios…nuestros corazones se encenderán al verlo y resplandecerán con perpetua devoción. Allí nos amaremos perfectamente unos a otros, cuando todos los santos se reúnan, y solo haya santos perfeccionados. ¡Oh estado bendito! ¡Cuánto supera a lo mejor de la tierra! ¡Oh excelente gracia del amor! ¡Cuánto supera al don más valioso, cuando eclipsa toda gracia y es la consumación eterna de ellas! Cuando la fe y la esperanza se agoten, el verdadero amor arderá para siempre con la llama más brillante”.

 

1. UNA SOCIEDAD SIN AMOR.

 

La Biblia define el amor en los versos 4 al 12 del capítulo 13 de 1 Corintios. Esto nos muestra que vivimos en una sociedad que definitivamente no ama, una sociedad sin amor.

 

UNA SOCIEDAD QUE NO QUIERE SUFRIR: Unos ven el sufrimiento como señal de mala suerte, debilidad, humillación, resignación, tristeza; mientras que otros lo ven como un acto heroico de justicia propia, pero ninguno en realidad dispuesto a sufrir con gozo y desinteresadamente por causa de Cristo.

UNA SOCIEDAD QUE NO ES BENIGNA: Ni con la iglesia, ni con los enemigos, ni con el mundo en general.

UNA SOCIEDAD LLENA DE ENVIDIA: Unos a otros se envidian; envidian su prosperidad, éxito, dinero, trabajo, posesiones, casa, carro, carisma, dones, inteligencia, familia, espos@, novi@, hijos; las mujeres la belleza de otras mujeres, los niños los juguetes de otros niños.

UNA SOCIEDAD JACTANCIOSA Y ENVANECIDA: Una sociedad que se jacta de sus posesiones materiales, estatus, posición social, talentos, habilidades, decisiones, caminos, moralidad, justicia propia, vanidades.

UNA SOCIEDAD LLENA DE COSAS INDEBIDAS: Robos, engaños, trampas, mentiras, corrupción, injusticia, malas palabras, vulgaridades, blasfemias, malos pensamientos, adulterio, fornicación, pornografía, promiscuidad, homosexualismo, drogas, alcohol, vicios, hijos desobedientes, violencia, anarquía, ateísmo, idolatría.

UNA SOCIEDAD LLENA DE GENTE QUE BUSCA LO SUYO, EGOÍSTA: Madres que no cuidan a sus hijos por su progreso profesional; mujeres que abortan a sus hijos para no estropear sus sueños; mujeres que no quieren tener hijos, porque dañan sus cuerpos; hombres que no quieren tener hijos, porque frustran sus sueños, libertad y realización profesional; mujeres que no quieren casarse, porque no quieren ser “esclavas” de nadie; y los hombres por no perder su libertad; parejas que se divorcian, porque cada uno buscaba lo suyo propio.

UNA SOCIEDAD IRRITADA: El mal genio, el mal carácter, está por todo lado, y por cualquier cosa; en la calle, en el transporte público, en las casas, en colegios, universidades, empresas, en el gobierno.

UNA SOCIEDAD RENCOROSA: Venganzas, guerras, crímenes pasionales, ajustes de cuentas, desquites, “como me hizo así lo haré”. Gente que no duerme por el rencor, gente que no descansa, amargada, que no perdona.

UNA SOCIEDAD QUE PROMUEVE LA INJUSTICA Y LA MENTIRA: Farsas, engaños, falsedad, hipocresía, falsas religiones, falsa ciencia, falsos testimonios, iniquidad, jueces corruptos, magistrados que no castigan al malo ni protegen al que hace lo bueno; malandros y corruptos en libertad, inocentes en la cárcel.

UNA SOCIEDAD QUE NO QUIERE SUFRIR NI SOPORTAR NADA: Una generación de “cristal”, de jóvenes que se ofenden por cualquier cosa. Una generación que busca la ley del menor esfuerzo.

UNA SOCIEDAD SIN FE NI ESPERANZA: En el Dios verdadero, en Cristo, la Biblia, el cielo, la vida eterna.

UNA SOCIEDAD EFÍMERA Y PASAJERA: que vive para la temporal, construye para lo pasajero, lo efímero, lo que se desvanece, lo que perece, lo que se destruye, lo que será quemado.

UNA SOCIEDAD SIN AMOR, O DE FALSO AMOR: Que lisonjea con su boca, que justifica el pecado, que se congracia con el otro. Una sociedad de falsa caridad, que ayuda al que no se debe ayudar (vago, perezoso, irresponsable), que calla para no ofender, que se preocupa por el bienestar terrenal, y no por el espiritual.


Una sociedad sin amor que muestra que no conoce a Dios (1 Jn 4:8).

 

2. AHORA PERMANECEN LA FE, LA ESPERANZA Y EL AMOR.

 

“La fe puede decaer, la esperanza puede no ser vivaz, y el amor puede enfriarse, pero ninguna puede perderse; Cristo ora para que la fe no falle, la esperanza en él es un ancla segura y firme, y nada puede separarnos del amor de Cristo… estas gracias permanecen ahora, durante la vida presente. El que tiene verdadera fe en Cristo, morirá en ella; y el que tiene una buena esperanza por medio de la gracia, la tendrá en su muerte; y el amor sobrevivirá a la muerte, y estará en su apogeo y gloria en el otro mundo” (John Gill).

 

La fe, la esperanza y el amor, forman lo conocida “Triada” (1 Ts 5:8).

 

LA FE PERMANECE:

Cristo oró por nosotros para que fuéramos sustentados hasta el final (Jn 17:15, 24). Ruega como cuando oró para que la fe de Pedro no faltara (Lc 22:32). La fe se aferra a lo que Dios ha prometido y no vemos ahora (He 11:1-2). Caminamos el camino por fe hasta encontrarnos con el Señor (2 Co 5:7-8).

 

Los cristianos vivimos en la tierra por fe, hasta el fin de nuestros días (He 10:38-39). Quien ha nacido de nuevo verá el reino de Dios (Jn 3:3, 5), y ellos son los que se aferran en fe y amor a Cristo (1 Jn 5:1). Con la fe verdadera en Cristo vencemos al mundo (1 Jn 5:4-5). Esperamos en esta tierra por fe, la esperanza (Gál 5:5).

 

Quien no tiene esta fe, desertará tarde o temprano (He 3:18-19).

 

LA ESPERANZA PERMANECE:

Tenemos la esperanza en Cristo que es una segura y firme ancla del alma (He 6:19-21). En esperanza fuimos salvos, y esperamos lo que no vemos (Ro 8:24-25). Por la fe en Cristo tenemos la esperanza del cielo (Col 1:4-5). La esperanza en Cristo se extiende hasta la eternidad (1 Co 15:19). Esperamos la promesa de la venida de Cristo con un gran galardón (He 10:35-37). Por la fe tenemos certeza de la esperanza en las promesas eternas (He 6:11).

 

Debemos abundar en esperanza en el Dios de esperanza (Ro 15:13). No debemos turbarnos en las pruebas, si no, esperar en el Señor (Sal 42:11; 43:5). En Dios debemos esperar (Lam 3:24-26). Las pruebas producen esperanza que no avergüenza (Ro 5:3-5). Los que tienen esperanza en Cristo se purifican a sí mismos (1 Jn 3:3). Nuestra fe y esperanza están en Dios (1 P 1:21).

 

Bienaventurados si tenemos nuestra esperanza en Dios (Sal 146:5). Permanezcamos firme en la esperanza que profesamos (He 10:23-25).

 

EL AMOR PERMANECE:

Estamos ligados a Cristo, y nada puede separarnos del amor de Dios (Ro 8:35-39). El amor es dado por Dios (1 Jn 4:7). Dios mostró su amor por nosotros el enviar a su Hijo (1 Jn 4:9). Fue la mayor muestra de amor (Jn 3:16). Nos amó siendo sus enemigos (Ro 5:8). Permanecemos en amor por Dios, porque Él nos amó primero (1 Jn 4:19). Nos predestinó desde la eternidad en amor para ser sus hijos (Ef 1:5).

 

El amor ahuyenta nuestros temores en este valle de sombra y muerte, hasta llegar a la presencia del Señor (1 Jn 4:18). Permanecemos en amor guardando sus mandamientos (2 Jn 4:6). Cristo se manifestará en los que lo aman (Jn 14:21). Dios morará en los que lo aman, así el amor permanece (Jn 14:23). Debemos amarnos unos a otros (Jn 15:12-13). Debemos servirnos en amor (Gál 5:13). Vistámonos como amados de Dios (Col 3:12-13). Dios es amor, y permanecemos en amor (1 Jn 4:16).

 

Estas tres virtudes permanecen hoy “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres…”.

 

3. EL AMOR, LO MAYOR

 

“Sin él, la fe y la esperanza son nada. Su utilidad es mayor que la de ellas. La fe es solo para sí mismo; un hombre justo vive por su propia fe, y no por la de otro; la fe no será de ninguna utilidad para otro, y lo mismo es cierto de la esperanza. Pero por el amor, los santos se sirven unos a otros (cosas temporales y espirituales). Y principalmente es mayor, porque es el más duradero. En el otro mundo, la fe se convertirá en visión, y la esperanza en gozo, pero el amor permanecerá, y estará en su plena perfección y ejercicio constante, por toda la eternidad” (John Gill). 

 

El amor es superior a los dones (v1-3). El amor es eterno, los dones son temporales (v8). El amor es el camino más excelente (1 Co 12:31). El amor supera al conocimiento (1 Co 8:1-3). Necesitamos amor para conocer mejor (Fil 1:9-10). El amor es superior a los ritos, pero también a la fe, ella obra por el amor (Gál 5:6). Si el amor se perfecciona, la fe se fortalece (1 Jn 4:17-18). La fe y también la esperanza van ligadas al amor (v7). El amor evita que nos desviemos (1 Ti 1:5-7). El amor garantiza estar en la luz (1 Jn 2:10).

 

El amor es el vínculo perfecto (Col 3:14). El amor es el mayor mandamiento (Mt 22:36-40). En el amor se resume la Ley (Gál 5:14). El amor es lo más grande que podemos tener (v1-13).

 

¡EL AMOR, LO MAYOR! «Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor».



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 10 de Agosto de 2025: ¡EL AMOR, LO MAYOR!



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