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¡EL AMOR ES BENIGNO! (Serie: La preeminencia del Amor)

  • mayesil
  • 30 mar
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 6 abr


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«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece» (1 Corintios 13:4)

 

Algunos traducen “benignidad”, otros “bondad”. Ambas son fruto del Espíritu Santo (Gál 5:22). En Efesios 5:9, se menciona como fruto del Espíritu únicamente la palabra “bondad”.

 

La palabra “Benignidad” viene del griego “Chréstos”, y significa: útil, bueno,  gentil, agradable, amable, manejable, suave; opuesto a áspero, duro, punzante, amargo. Por su parte, “Bondad” viene del griego “Agathosune”, y significa benevolencia, rectitud de corazón y vida, cualidad del hombre justo; es generosidad, guiar a buenas obras, carácter bueno, amor cristiano.

 

Matthew Henry comenta: “Es generoso, cortés, servicial. De gran corazón y mano dadivosa. Dispuesto a hacer favores y hacer el bien. Procura ser útil; no solo aprovecha oportunidades de hacer el bien, las busca… Es paciente ante las ofensas, y propensa a hacer todas las buenas obras a su alcance”.

 

John Gill también comenta: “Es amable, liberal y generoso, hace el bien a todos, incluso a los enemigos, pero en especial a los de la familia de la fe. Es gentil con todos, afable y cortés con sus hermanos, no grosero ni malhumorado; tolerante con el temperamento de los otros; se adapta, en todo lo que puede, a sus debilidades, capacidades, modales y circunstancias, que no sea contrario a la gloria de Dios, el interés de Cristo, el honor de la religión, su propia conciencia, y el bien de los hombres”.


1. UN DIOS BENIGNO.

 

Dios es bueno y benigno (Sal 135:3). Todo lo que brota de Él (decretos, leyes, providencia, creación), es benigno, bueno, bondadoso. No hay tinieblas en Él (1 Jn 1:5). Sólo Él es en esencia bueno. Es la bondad misma, el sumo bien (“summum bonum”). Él es bueno infinita, eterna e inmutablemente (siempre ha sido así). Dios es eternamente bueno antes de cualquier manifestación de su gracia (creación, salvación). La bondad de Dios no puede ser puesta en entredicho porque haya sufrimiento y dolor en el mundo. Dios manda lo bueno y también lo malo (Is 45:7). Debemos aceptar lo bueno y lo malo, sin cuestionarlo (Job 2:10). Él es bueno, alabémoslo (Sal 136:1).

 

1. UN DIOS BENIGNO CON EL HOMBRE. A pesar de la caída, lo podía haber privado de bendición y consuelo. Dios hizo recto al hombre, aunque él buscó después el mal (Ecl 7:29). Aun así, Dios le da su gracia común (Mt 5:45). En general, el hombre ve más días de buena salud que de enfermedad y dolor. Incluso para nuestras penas hay considerable alivio (nuestra mente se adapta a las circunstancias). Nos dio manos para trabajar, pies para movernos, párpados y cejas para proteger los ojos, ampollas para defensa del cuerpo (de quemaduras).

 

2. UN DIOS BENIGNO CON LA CREACIÓN. Todo lo que Dios hizo fue muy bueno (Gn 1:31). Todo lo hizo hermoso (Ecl 3:11). Todo lo hizo con sabiduría (Sal 104:25). De misericordia llenó la tierra (Sal 33:5).

 

3. UN DIOS BENIGNO MEDIANTE SUS OBRAS. La creación es para nuestro beneficio. Sus misericordias están sobre todas sus obras (Sal 145:9). La hierba y el campo para nuestro servicio y sustento (Sal 104:14-15). Los frutos de los árboles para alimentarnos (Gn 2:16). Los animales y plantas para alimentarnos (1 Ti 4:3). Las plantas para nuestra sanidad (Ap 22:2). Todo lo que Dios creó es bueno (1 Ti 4:4-5). Podríamos satisfacer el hambre sin que la comida fuera agradable a nuestro paladar (variedad sabores). La tierra podía haber sido igualmente fértil sin su variedad y hermosura. Podríamos vivir sin las flores hermosas a nuestra vista y que emiten dulces olores. Podríamos permanecer sin que nuestros oídos escucharan el canto de los pájaros. Pero Dios quiso ser benigno, y que disfrutáramos de todas estas cosas.

 

4. UN DIOS BENIGNO CON LAS DEMÁS CRIATURAS. No se limita al hombre, también con los animales. Dios bendice a todo ser viviente (Sal 145:16). Los alimenta (Sal 136:25). Alimenta a las aves del cielo (Mt 6:26). Viste la hierba del campo (Mt 6:30). Riega la tierra con agua, para que beban las bestias (Sal 104:10-13). Hizo los árboles y las peñas para morada de los animales (Sal 104:16-22). Hizo la luna para marcar los tiempos (Sal 104:19). Hizo la noche para las bestias feroces (Sal 104:20-22). Los animales esperan en su mano benigna (Sal 104:27-28). Ellos dependen de su benignidad (Sal 104:29-30).

 

5. UN DIOS BENIGNO AL ENVIAR A SU HIJO. El hombre se desvió, no hace lo bueno (Ro 3:12). No es bueno (Mc 10:18). Está destituido de Dios por pecar (Ro 3:23). Dios hizo recto al hombre, y buscó el mal (Ecl 7:29); pero puso también la eternidad en sus corazones (Ecl 3:11), para que lo busquen como dijo Pablo (Hc 17:27). Fue benigno, pues al quebrantar su ley, y aunque la paga del pecado es muerte, no aplicó su ira de inmediato. Fue benigno con el hombre al enviar a su Hijo (Lc 2:13-14). Lo envió para redimirnos (Gál 4:4-5).

 

Es benigno también al mostrar paciencia con el impío (Ro 2:4). Dios es benigno, pero también severo, es temible (Ro 11:22). Es benigno al castigar al impío. Debe castigarlo (Juez justo, bueno), debe aplicar su Justicia (Buena, Santa). Cuando peca y menosprecia la benignidad de Dios ¿a quién puede culpar si no a sí mismo? Si Dios no castigara a los que abusan de su bondad y pisotean sus misericordias, ¿sería Él bueno?

 

El hombre ha quebrantado su ley, desafiado su autoridad, despreciado a Su Hijo, perseguido a sus mensajeros. El impío se endurece más, rechaza a Cristo, cree que Dios pasará por alto sus pecados (acumulando ira). Dios librará a la tierra de ellos, por bondad a su pueblo (Pr 2:22). Su benignidad no se niega por no dar Su gracia redentora a todos los pecadores (tampoco lo hizo con los ángeles caídos). Aún, si Dios hubiera dejado que todos perecieran, seguiría siendo bueno. Es bueno al condenar, alabémoslo (Sal 54:6-7).

 

2. CRISTO AMÓ BENIGNAMENTE.

 

La parábola del buen samaritano muestra la benignidad de Cristo (Lc 10:30-37). Cristo es benigno con los pordioseros, enfermos, miserables, despreciados espirituales (V34). Vendó nuestras heridas con aceite y vino: sanó nuestra alma, la culpa del pecado, nos derramó el aceite de Gracia de Su Espíritu, nos bañó con el vino de su Sangre, sació nuestra sed, nos limpió del pecado (Is 53:4-5). Nos puso en su cabalgadura: descarriados, nos recogió en el camino de muerte, y nos lleva a puerto seguro (Is 53:6; 1 P 2:24-25). Nos llevó al mesón: a su iglesia en esta tierra, Él mismo cuida de nosotros en ella, mientras vuelve. Estará con nosotros siempre (Mt 28:19-20). Nadie podrá dañarnos (Mt 16:18).

 

Cristo nos deja con los mesoneros (V35). Cristo nos deja con el Espíritu Santo, el consolador, no nos deja solos, huérfanos. Está con nosotros siempre, mora en nosotros, nos enseña y recuerda todo (Jn 14:16-26). Nos guía a toda verdad, el Espíritu de Verdad, nos dará testimonio de Cristo (Jn15:26), Él nos enseña todo de Cristo, nos enseñará las cosas por venir (Jn 16:13). Nos deja también pastores, maestros que cuidan de su rebaño (Ef 4:11-12). Encarga a los pastores, guiados por el Espíritu Santo, el rebaño que el ganó con su propia sangre (Hch 20:28). Cuidan al rebaño de falsos maestros, herejías, de desviarse, exhorta, amonesta, es ejemplo. El mesonero cuida y enseña a otros para que discipulen en el cuerpo de Cristo. Con Cristo se manifestó la bondad de Dios (Ti 3:4-5).

 

UN DIOS BENIGNO CON SU PUEBLO.

Fue muy benigno con Israel, sustentándolo, perdonándolos cuando pecaban, librándolos de sus enemigos, e introduciéndolos a la tierra prometida (Neh 9:15-25). A Israel le dio una tierra donde fluía leche y miel (Éx 33:3). Una tierra rica, buena, próspera (Dt 8:7-10). Dios sustenta a su pueblo (Sal 145:14-15). Aunque todo sea puesto en duda, esto es absolutamente cierto: Dios es bueno, y sobre todo bueno con su pueblo. Muy grande es su benignidad con su pueblo (Sal 31:19). Debemos ser agradecidos (St 1:17). Es benigno, y podemos aferrarnos a Él (Nah 1:7). Es benigno, y debemos aprender de Él (Sal 119:68). Cuando pasen “cosas malas”, confiemos en el Señor, porque Él es bueno (Ro 8:28). Su voluntad para nosotros es benigna (Ro 12:2). Cualquier disciplina de su manos es buena, benigna (He 12:11).

 

3. ¡NUESTRO AMOR BENIGNO!

 

1. UN AMOR BENIGNO CON LA IGLESIA. Cristo recompensará y reconocerá esta benignidad con los hermanos en necesidad, con hambre, sed, persecución, pobreza, enfermedad, cárcel (Mt 25:34-40). Debemos ser benignos en el trato mutuo (Ef 4:31-32). Debemos vestirnos de benignidad (Col 3:12-14). Debemos estar llenos de bondad para exhortarnos unos a otros (Ro 15:14). Debemos sacrificarnos por nuestros hermanos (1 Jn 3:16). Debemos ayudarlos cuando estén en necesidad (1 Jn 3:16-18). Debemos ser benignos con todos, pero especialmente con los hermanos (Gál 6:10). Debemos bendecirlos en toda circunstancia (1 P 3:8-9).

 

2. UN AMOR BENIGNO CON TODOS. Debemos hacer bien siempre y a todos (Gál 6:9-10). La mujer virtuosa se compadecía con el necesitado (Pr 31:20). En su lengua había benignidad (Pr 31:26). Nuestra gentileza debe ser vista (Fil 4:4-5). Todo esto, siempre y cuando, no se promueva el pecado ni atente contra la gloria de Dios y la iglesia de Cristo.

 

3. UN AMOR BENIGNO CON LOS ENEMIGOS. Debemos ser benignos con ellos (Lc 6:35-36). Debemos ser benignos con los que nos aborrecen, como hace nuestro Padre (Mt 5:44-45). Debemos ser benignos si están en necesidad (Ro 12:20). Debemos ser benignos aún si quieren sacar ventaja (Mt 5:40-42). Es fácil ser benignos con los que amamos, eso lo hacen todos los impíos (Mt 5:44-47). Recordando que debemos hacerlo, mientras no se promueva el pecado, ni vaya contra la gloria de Dios y el interés de la iglesia de Cristo.

 

Da gozo el ser benigno (Pr 19:22). Debemos ser benignos como nuestro Padre (Mt 5:45). Debemos ser benignos como hijos de Dios, recibiremos grande galardón (Lc 6:35b-36). Debemos ser benignos, heredaremos el Reino (Mt 25:34). Los que no sean benignos, heredarán el infierno (Mt 25:41-45). Que el Señor cumpla todo propósito de bondad en nosotros, y Cristo sea glorificado (2 Ts 1:11-12). ¿Hemos gustado la benignidad del Señor? Desechemos lo malo, y aferrémonos a Su Palabra (1 P 2:1-3).

 

¡EL AMOR ES BENIGNO!



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 30 de Marzo de 2025: ¡EL AMOR ES BENIGNO!



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