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Ā”CEƑIDOS VUESTROS LOMOS CON LA VERDAD!

  • mayesil
  • 23 jun 2024
  • 8 Min. de lectura

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Ā«Estad, pues, firmes, ceƱidos vuestros lomos con la verdad…» (Efesios 6:14a).

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ā€œAntes de disponerse a entablar batalla con un enemigo tan temible como el diablo y sus huestes (debemos estar dispuestos a hacerlo)… Por eso Pablo dice: ā€œEstad, pues, firmes, ceƱidos vuestros lomos con la verdadā€. El ceƱidor, cinturón, o cinto, hablando de batalla fĆ­sica, se apretaba o abrochaba alrededor de la corta tĆŗnica del soldado. AsĆ­ quedaban acondicionados para la libre acción. La coraza y la espada (esta Ćŗltima mientras no se usaba), quedaban aseguradas a la cintura. El cinturón era de suma importancia. Era algo bĆ”sico. AsĆ­ tambiĆ©n en el conflicto espiritual, la verdad, la cual Pablo ha venido enfatizando continuamente y oponiĆ©ndola al engaƱo que caracteriza al hombre mundano, es la cualidad bĆ”sica que necesita el guerrero espiritual (Algunos entienden verdad como sinceridad de mente y corazón, remoción de todo engaƱo e hipocresĆ­a)ā€ (Hendriksen & Kistemaker).

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1. CEƑIDOS LOS LOMOS.

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Los lomos son la parte del cuerpo que se encuentra en la parte baja de la espalda, justo encima de los glĆŗteos. En la Biblia, los lomos se mencionan como sĆ­mbolo de fuerza y ​​poder. En el Antiguo Testamento, se mencionan como una parte del cuerpo que se ciƱe con un cinturón para la batalla. En el Nuevo Testamento, se mencionan como una parte del cuerpo que se ciƱe para la acción y la preparación (batalla espiritual). TambiĆ©n la Biblia menciona los Ijares en los animales que se sacrificaban; comprenden la parte lateral y posterior del abdomen, extendiĆ©ndose hasta la cadera y la zona lumbar; se asocian con fuerza y poder fĆ­sico (Lv 3:3-4, 10, 15). Se mencionan tambiĆ©n cuando Elifaz reprende a Job (Job 15:27-28).

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Los lomos, normalmente, se ceƱƭan con cinturones de cuero, como lo hacĆ­a ElĆ­as (2 Ry 1:7-8). Juan el Bautista tenĆ­a un cinto de cuero ceƱido alrededor de sus lomos (Mt 3:4). En el cinto se llevaba la espada (2 S 20:8). Con una seƱal de un cinturón podrido, Dios mostró lo que le pasarĆ­a a JudĆ” y JerusalĆ©n por su soberbia (Jer 13:1-2, 7-10). CeƱir los lomos era seƱal de disposición a toda buena obra; por eso debĆ­an comer la Pascua con sus prendas (largas, obstĆ”culo para caminar en el desierto), ceƱidas a la cintura (Ɖx 12:11). Por eso el varón de Dios dijo a su criado que ciƱera sus lomos y pusiera su bĆ”culo sobre el hijo de la sunamita, para llevarlo a Eliseo y revivirlo (2 Ry 4:29). Era seƱal de fortaleza; la mujer virtuosa ceƱƭa de fuerza sus lomos (Pr 31:17). Era seƱal de hombrĆ­a, Job debĆ­a ceƱir como varón sus lomos para oĆ­r a Dios (Job 38:3). Era seƱal de valentĆ­a, por eso se dice que ElĆ­as ciñó sus lomos para presentarse ante Acab (1 Ry 18:46).

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Dios también predijo el dolor y angustia de Jerusalén describiendo hombres con las manos sobre sus lomos, como mujer de parto (Jer 30:6). Los lomos de David estaban llenos de ardor, mostrando su humillación (Sal 38:6-7). Las mujeres de Jerusalén debían ceñir sus lomos con cilicio en señal de arrepentimiento, por confiadas e indolentes (Is 32:9-11). Los sirios ciñeron sus lomos con cilicio, para pedir misericordia a Acab (1 Ry 20:32). Habría cilicio sobre los lomos de Moab, en señal de duelo por el juicio de Dios (Jer 48:37).

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Lomos en hebreo designa tambiĆ©n la parte del cuerpo donde estĆ”n los órganos reproductivos; tiene que ver con la descendencia; y asĆ­ describe a la familia de Jacob que vino con Ć©l a Egipto, ā€œprocedentes de sus lomosā€Ā (Gn 46:26). Por eso Dios dice de Jacob, que naciones y reyes saldrĆ­an de sus lomos (Gn 35:11). Lo mismo dice a David de su hijo Salomón, ā€œtu hijo que saldrĆ” de tus lomosā€Ā (1 Ry 8:19). El libro de Hebreos muestra que el sacerdocio de Melquisedec (de Cristo), es superior al de Aarón, basado en que los hijos de LevĆ­, estaban en los lomos de Abraham, cuando Ć©ste dio los diezmos a Melquisedec (He 7:7-10).

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2. LA VERDAD.

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ā€œEs el Evangelio y sus diversas doctrinas. Tener los lomos ceƱidos con ella, muestra que debe estar cerca de los santos, nunca apartarse de ellos; es un medio para mantenerlos cerca de Dios y Cristo, y fortalecerlos contra los ataques de SatanĆ”s; es de gran utilidad en el conflicto espiritual de los cristianos con sus enemigos; el cinturón es una parte fundamental de la armadura; y aquĆ­ se menciona en primer lugarā€Ā (John Gill).

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LA PALABRA DE DIOS ES LA VERDAD (Jn 17:17). El Antiguo y Nuevo Testamento son la verdad, sus mandamientos, historias, milagros, profecĆ­as, la vida y obra de Cristo, su mensaje.

JESÚS ES LA VERDAD (Jn 14:6). El anunciado por los profetas, el Mesías esperado, que vino, nació de una virgen, vivió sin pecado, soportó la ira de Dios en la cruz, murió y resucitó de los muertos, para perdón del pecado. Dios con nosotros, el Verbo hecho carne, sin engaño en su boca, el hijo de Dios, el salvador del mundo, que volverÔ a juzgar a los vivos y a los muertos. Cristo vino a dar testimonio de la verdad, y los que son de la verdad, oyen su voz (Jn 18:37-38).

EL EVANGELIO DE CRISTO ES LA VERDAD (Ef 1:13). Nos muestra que Dios dio una Ley al hombre, y éste la viola, merece la muerte eterna, y su única esperanza, es arrepentirse y creer en Cristo, para el perdón de sus pecados, y los que son perdonados deben vivir para Cristo.

EL ESPƍRITU SANTO ES LLAMADO EL ā€œESPƍRITU DE VERDADā€ (Jn 14:16-17). El EspĆ­ritu Santo guió y sigue guiando a su pueblo a la verdad (Jn 16:13). Guió a los profetas del Antiguo Testamento, habló por ellos, instruyó a los apóstoles a escribir el Nuevo Testamento, guió a la iglesia, y levantó maestros en la historia para sintetizar las grandes doctrinas de la fe cristiana.

LA IGLESIA ES COLUMNA Y BALUARTE DE LA VERDAD (1 Ti 3:15). Debe proclamar el mensaje de Cristo, su evangelio, declarar las Escrituras, enseƱar al mundo, discipular las naciones, ser sal de la tierra, luz del mundo. La verdad es sello del ministro de Dios (2 Co 6:4-7). Debemos proclamar la verdad en la iglesia y en el mundo, su Ley, sus mandamientos, sus doctrinas, enseƱar todo el consejo de Dios, predicar el evangelio, llamar al arrepentimiento, guiar a Cristo. El SeƱor ama, sobretodo, la verdad en lo ƭntimo, la sinceridad (Sal 51:6).

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La verdad es fruto del Espíritu en el creyente (Ef 5:8-9). Cristo oró para que seamos santificados en la verdad (Jn 17:19).

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LA MENTIRA.

SatanĆ”s no habla la verdad, miente todo el tiempo, por eso es llamado el ā€œpadre de la mentiraā€ (Jn 8:44b). El mundo, gobernado por Ć©l, detiene con injusticia la verdad (Ro 1:18). Busca negar a Cristo, la Biblia; a travĆ©s de la falsa ciencia, el ateĆ­smo, las filosofĆ­as humanas, el humanismo, el secularismo, las falsas religiones, los medios masivos, la educación estatal, entre otros. SatanĆ”s engaƱa con sus ministros (2 Co 11:13-14). Estos niegan doctrinas esenciales de la fe cristiana, enseƱan herejĆ­as, la mezcla con el mundo, antinomianismo, ecumenismo. Los incautos pueden ser engaƱados por las mentiras de la serpiente y sus ministros (2 Co 11:3-4). Al cristiano negligente para escudriƱar las Escrituras, al simple que todo lo cree, al tibio que ama el mundo. Hay mujeres que nunca llegan al conocimiento de la verdad; son arrastradas por ellos (2 Ti 3:6-7). Ɖstas quieren solo conocimiento doctrinal, pero no quieren saber de santidad, pureza, sujeción bĆ­blica, el rol de la mujer. Unos y otros terminan torciendo las Escrituras para su propia perdición (2 P 3:16).

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Pero los ministros de Cristo (y su pueblo) no falsifican la Palabra, hablan la verdad, sinceramente, de parte de Dios y delante de Ɖl (2 Co 2:17). Deben hablar fielmente, sin engaƱo, ni hipocresĆ­a, no usar las Escrituras para sacar provecho personal, torcerla, engaƱar, desviar; deben denunciar la mentira, hablar la verdad. Su pueblo desecha la mentira, y habla la verdad (Ef 4:25). Discierne la mentira, el engaƱo, las tinieblas. Es sincero con su prójimo de su estado espiritual (familia, amigos, hermanos). Los que no son de Dios, si no del Diablo, creen la mentira, no la verdad (Jn 8:45-47). Creen a SatanĆ”s y sus ministros. La verdad nos harĆ” libres de todos estos engaƱos (Jn 8:31-32).

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3. Ā”FIRMES, CEƑIDOS LOS LOMOS CON LA VERDAD!

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ā€œLa verdad (o sinceridad) es nuestro cinto. Fue profetizado de Cristo que la justicia serĆ­a el cinto de sus lomos y la fidelidad ceƱidor de su cintura (Is 11:5). Aquello con lo que Cristo se ciñó, los cristianos deben ceƱirse. Dios desea la verdad (sinceridad), en el interior. Ɖsta es la fuerza de nuestros lomos; y ciƱe todas las demĆ”s piezas de nuestra armadura; por eso se menciona primero… las doctrinas de las verdades del evangelio deben adherirse a nosotros como el cinto a los lomos. Esto impedirĆ” el libertinaje, como un cinturón restringe y sujeta el cuerpo. Este es el cinturón del soldado cristiano, si no lo lleva puesto, no serĆ” bendecidoā€ (Matthew Henry).

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Ceñirse los lomos significaba recoger los extremos de las vestiduras en una faja para facilitar la actividad física. La expresión llegó a utilizarse con referencia a prepararse para una intensa actividad mental o espiritual, y en algunas ocasiones, para comunicar la idea de fortalecer (estar firmes). Si no tenemos ceñido los lomos con la verdad, en Cristo, nos dejaremos llevar por la mentira, el engaño de SatanÔs. Seremos arrastrado por filosofías humanas, humanismo, secularismo, herejías, blasfemias, religiones falsas, falsos maestros, lo que dicen los medios masivos, la tv, internet, la publicidad, etc.

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Estemos firmes, ceñidos nuestros lomos con la verdad. No nos dejemos engañar con vanas filosofías (Col 2:8). Estemos firmes, ceñidos nuestros lomos con la verdad. No nos dejemos engañar con palabras vanas (Ef 5:6-7). Estemos firmes contra las asechanzas del Diablo, ceñidos los lomos con la verdad, con la armadura de Dios (Ef 6:11). Estemos firmes, ceñidos nuestros lomos con la verdad de las Escrituras, cuando venga con sus engaños a tentarnos en debilidad (Mt 4:4). Estemos firmes, ceñidos nuestros lomos con la verdad, cuando intente incitarnos a pecar, no nos dejemos engañar (Mt 4:7). Estemos firmes, ceñidos nuestros lomos con la verdad, cuando venga a seducirnos con la vanagloria engañosa y pasajera del mundo, recordemos a quién servimos (Mt 4:10). Estemos firmes, ceñidos nuestros lomos siguiendo la verdad en amor, para no ser arrastrados por cualquier viento de doctrina (Ef 4:14-15). Estemos firmes, ceñidos nuestros lomos con la verdad, exhortÔndonos unos a otros para que ninguno se endurezca por el engaño del pecado (He 3:13). Los ministros debemos estar firmes, ceñidos los lomos con la verdad, hablando claramente la Palabra, de Cristo, sin ambigüedades, de lo contrario el pueblo no estarÔ firme para la batalla (1 Co 14:8).

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El medroso y pusilÔnime, con asuntos terrenales pendientes, mejor vaya, y vuélvase a su casa (Dt 20:5-8). Los cobardes no sirven para esta batalla espiritual (Jue 7:3). Debemos estar firmes y ceñir los lomos de nuestro entendimiento (1 P 1:13). La iglesia de Cristo serÔ firme, no caerÔ definitivamente, tendrÔ ceñido el cinto de la verdad en sus lomos (Is 5:27). La iglesia de los últimos tiempos estarÔ firme, ceñidos sus lomos con la verdad para recibir a Cristo (Lc 12:35-36). La boca mentirosa serÔ cerrada (Sal 63:11). No vayamos contra la verdad (2 Co 13:8).

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Iglesia Ā”CeƱidos vuestros lomos con la verdad!: ā€œEstad, pues, firmes, ceƱidos vuestros lomos con la verdadā€¦ā€.


X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 23 de Junio de 2024: Ā”CEƑIDOS VUESTROS LOMOS CON LA VERDAD!



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